La firma Juramento, ligada a la familia Brito, desembolsó US$56,4 millones y se quedó con una empresa que posee un campo de 24.000 hectáreas y 16.000 cabezas de ganado en la provincia de Salta. La operación se hizo en el marco de la compra del 100% del capital de Pallaro Hermanos Sacif. El establecimiento productivo se encuentra a pocos kilómetros de la sede central de la compañía, en Joaquín V. González. Según una comunicación de la empresa a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la transacción “permitirá a la sociedad incrementar la capacidad de producción de terneros y alimento para el ganado, los primeros eslabones de su cadena integrada de producción de carne premium”.
Juramento, que se considera la firma agrícola ganadera más importante del NOA, concentra sus actividades en Salta con más de 90.000 hectáreas, 70.000 cabezas de ganado, una planta industrial y un equipo de 800 colaboradores. La firma comercializa carne premium envasada al consumidor local e internacional con las marcas Cabaña Juramento y Bermejo.
“Se trata de un campo mixto en una zona que combina buenos suelos y lluvias concentradas en el verano, lo que permite una importante producción de granos y pasto. El mismo estará destinado a la cría y recría de ganado bovino y a la agricultura, con una rotación de maíz, soja y poroto, para fortalecer aún más el nivel de integración con el negocio de la sociedad, potenciando su capacidad productiva”, señaló en la carta a la CNV.
“En estas tierras estuvieron los pioneros del desarrollo de la actividad en la región. Las nuevas generaciones de la familia propietaria encontraron en Juramento la posibilidad de que se continúe y profundice el legado de sus predecesores. Hay muchas historias similares en la zona, lo que representa una oportunidad para el crecimiento de Juramento”, dijo Rafael Aguilar, CEO de la compañía, en una comunicación de la firma.
En la comunicación a la CNV se precisó que, tras la inversión de US$56,4 millones, la compañía “consolida su presencia y compromiso con el desarrollo de la región”. Allí destacó las marcas antes mencionadas, Cabaña Juramento y Bermejo. “En este campo buscamos aumentar la generación de granos y pasto e introducir un esquema silvopastoril de rotación intensiva de animales, lo que incrementaría significativamente la producción anual, asegurando la sustentabilidad a largo plazo del modelo. Juramento está en una etapa de crecimiento, esta inversión se suma a los 15 millones de dólares invertidos recientemente en nuestro frigorífico, que nos permite expandir la capacidad de envasado. La carne al vacío asegura la inocuidad del producto, extiende la fecha de vencimiento y permite un proceso de maduración en frío que incrementa la terneza y sabor de la misma”, remarcó Aguilar.
En efecto, después de la inversión para aumentar la capacidad de envasado la compañía está en proceso de ampliar su volumen de exportación para llegar a nuevos mercados como China, Estados Unidos y consumidores de productos kosher.
Según indicó la firma, “el origen de la calidad proviene de rodeos de razas Brangus y Braford con genética controlada en su cabaña de reproductores. Esto permite lograr un producto con trazabilidad, calidad controlada y constante”.
“Juramento fue pionera en el noroeste argentino con el primer modelo de producción de carne con terminación a corral y, desde entonces, su crecimiento ha estado basado en un diferencial claro: producir carne en un sistema totalmente integrado de punta a punta, único en el país, que permite garantizar la eficiencia y el control de calidad en cada etapa del proceso. Desde el desarrollo de genética bovina en su cabaña de reproductores, hasta el producto final envasado que llega a góndola, todo está bajo el mismo estándar de excelencia”, explicaron.