El público todavía la recuerda por ficciones entrañables como “Son de fierro”, “Lobo”, “Dulce amor” y “Señores papis”, en tiempos no tan lejanos en los que la gente prendía el televisor para engancharse con historias protagonizadas por actores y actrices locales. Supo brillar en el audiovisual con “Apache, la vida de Carlos Tévez” y en este 2025 formó parte de “Homo Argentum”, la película argentina más vista del año.
Más allá de esos logros, Vanesa González construyó su camino interpretativo más sólido en la disciplina teatral, con un recorrido que incluye obras como “Agosto”, “El diario de Ana Frank”, “Todos eran mis hijos”, “Comienzo” y “Jauría”. Fue dirigida por Gael García Bernal en “Ejercicios fantásticos del yo” y por el recordado Daniel Fanego en “Después del ensayo” .
Recientemente se sumó a “Coherencia”, una propuesta teatral enigmática y fascinante, con un personaje decisivo en la trama, responsable de una impactante resolución que dota de sentido al relato brindando la coherencia a la que alude el título.
Café de por medio, en un restaurante de la calle Corrientes ubicado en el epicentro de la actividad cultural porteña, Vanesa González se presta a la charla con NOTICIAS, dispuesta a transitar los caminos insondables por los que conduzca la conversación.
Noticias: ¿Qué la sedujo de “Coherencia”?
Vanesa González: Lo primero que me atrajo fue el grupo, mis compañeros, con algunos ya había trabajado y con otros no, pero tenía ganas de conocerlos e intercambiar. También era muy atractiva la temática, hacer una obra de teatro de ciencia ficción es algo poco visto sobre un escenario, acceder al secreto de cómo se construye algo así me daba muchísima curiosidad. En este caso tenemos a un director de cine, Hernán Guerschuny, que le aporta un montón de recursos visuales, además de Matías Sendón que es un genio con las luces. Ahí dialogan una serie de elementos que son de gran ayuda para que los actores podamos poner el cuerpo de otra manera, porque no es una obra que se relate desde lo cotidiano. Si bien el anclaje es un grupo de amigos que se juntan a cenar la noche en la que pasa un cometa, a partir de ese hecho pretendidamente natural comienzan a surgir otras realidades y los personajes deben interactuar con sus otras versiones que habitan distintas dimensiones.
Noticias: Recuerdo que con Gonzalo Heredia había trabajado en “Lobo”…
González: Sí, ¡nos une la ciencia ficción con Gonzalo! (se ríe) Ya había laburado también con Guille Pfening en “Dulce amor”, con Laura Cymer nos conocemos de toda la vida, nos hemos cruzado mil veces y siempre queríamos hacer algo juntas, finalmente se nos dio. Con Mey Scápola no había hecho nada, pero sí con su mamá (Mercedes Morán).
Noticias: ¿Empezó desde muy chica a estudiar teatro con Lito Cruz?
González: Sí, arranqué a los 12 en el Colegio de las Nobles Bestias en Banfield, yo soy de ahí, y a los 15 empecé a estudiar con Lito Cruz directamente en el grupo de adultos. De chiquita ya sabía que quería ser actriz a pesar de que en mi familia no hay antecedentes artísticos. Siempre disfruté mucho del teatro, antes de dormir todas las noches me repetía: “Yo quiero ser actriz”, estaba esa idea lúdica de poner el cuerpo y de vivir otra realidad, mi deseo no era disfrazarme como le ocurre a otros chicos cuando van a ver teatro, lo mío no pasaba por lo estético, yo moría por subirme al escenario. Quería estar ahí y hacer mi propia versión de lo que veía, empecé a trabajar desde chiquita y encontré una pasión gigante, con el teatro ocurrió algo muy fuerte que me tomó por completo hasta el día de hoy.
Noticias: El año pasado la vimos con Gastón Cocchiarale en “Comienzo”, donde hacía de una mujer audaz, con mucha iniciativa. ¿El teatro es un lugar para dejar de lado el pudor y la timidez?
González: No sé, quizás hay que tirarse a la pileta con todo eso y ver qué pasa, el teatro es riesgo puro. Siempre antes de salir a escena digo: “¿Por qué, por quéeee?” (risas) Podría estar en mi casa tomando un cafecito, pero me encanta ese riesgo, me gustan la aventura y la adrenalina. Después hay un misterio que es el milagro de actuar, no sabés bien cómo sucede, pero estás dispuesto a contar esa historia sea como sea, hay algo inexplicable que te aporta la concentración y te empuja a seguir.
Noticias: Alberto Ajaka habló con mucha admiración del personaje que hizo usted en “Apache”, esa especie de mamma italiana que interpretó en la serie. ¿Cómo la recuerda?
González: ¡Fue espectacular! Yo no conocía Fuerte Apache, tener la oportunidad de filmar en el barrio e interactuar con la gente que lo habita fue especial porque ese lugar maneja una energía muy fuerte. Acceder a lo que sucede en las dinámicas de convivencia y ver la garra de esas personas para enfrentar la realidad todos los días para mí fue una experiencia inolvidable. Filmar con Adrián Caetano, con quien no trabajaba desde que habíamos hecho un capítulo sobre la enfermera de Eva Perón en “Historia Clínica” para Underground, era irresistible. Imaginate que la propuesta era ser parte de esta familia para contar la historia de Carlos Tévez,con Alberto Ajaka, un actor al que admiro mucho y también con Sofía Gala. Tengo los mejores recuerdos.
Noticias: Hablando de elencos inolvidables, usted trabajó en “Agosto” junto a un grupo de figuras enormes como Norma Aleandro y Mercedes Morán. ¿Cómo lo vivió?
González: ¡Fue un grupazo ese! Era un elenco gigante y la obra duraba tres horas, con un intervalo de 30 minutos donde comíamos empanadas. Fue producto de una época en la que el teatro de texto tenía mucho valor, se producían obras así, detrás de “Agosto” estaba Daniel Grinbank que fue mi representante en algún momento. Fue una experiencia bárbara.
Noticias: ¿Hoy el teatro de texto no tiene tanto peso?
González: Hoy es muy diverso el teatro y eso está buenísimo, hay opciones infinitas, no sólo en calle Corrientes sino en otros lados como Arthaus y el circuito independiente. Lo que pasa es que hubo una época en la que el teatro comercial de texto funcionaba muy bien, llenaba la sala una obra de Arthur Miller, hoy no sé si pasaría eso con el mismo material, es difícil encontrar algo así en la actualidad dentro del teatro comercial, ahora hay más obras de living.
Noticias: Mencionó a Arthur Miller y en “Agosto” la dirigió Claudio Tolcachir. Se ve que le gustó su trabajo porque después la convocó para hacer “Todos eran mis hijos” con Lito Cruz. ¿Cómo fue tener de compañero a alguien que había sido su profesor?
González: Sí, ahí estaban Lito Cruz y Ana María Picchio, otro grupo divino. Para mí era un honor compartir con Lito porque fue alguien inolvidable, una persona muy generosa a la hora de enseñar, un amante profundo del teatro, un gran maestro en todo sentido, trabajar con él fue un hermoso regalo.
Noticias: Este fue un año muy shakesperiano con la reversión de “Ricardo III” que interpreta Joaquín Furriel. Usted hizo a Lady Macbeth, ¿cómo es su vínculo con Shakespeare?
González: ¡Sí! Hice “Macbeth” dirigida por Carlos Rivas, con Gabriela Toscano y también “Otelo” con Martín Flores Cárdenas en el Teatro Regio del Complejo Teatral de Buenos Aires. Shakespeare me fascina, cada vez que vuelvo a conectar con su obra digo: “¡Está todo acá!”, es un material muy generoso para actuar, uno piensa que son textos difíciles y en realidad están tan bien escritos, hay tanta poesía predominante, son como una oración religiosa que no puede parar de fluir.
Noticias: Una de las películas más destacadas del año pasado fue “El Jockey”, ahí actuaba Daniel Fanego quien la dirigió en “Después del ensayo”, ¿cómo lo recuerda?
González: “Después del ensayo” fue la última obra que dirigió, lo recuerdo con mucho amor. Era un hombre muy fuerte, de pensamientos altos, una persona increíble, un actorazo. Es muy difícil encontrar actores como él, con esa formación y ese peso. Que el director sea actor siempre ayuda porque hay una cuestión de empatía con el rol, viste que los actores siempre estamos en problemas, porque te subís al escenario sin saber qué cuerpo vas a usar.
Noticias: A lo largo de la charla mencionó varias veces lo de poner el cuerpo. ¿A la hora de encarar una obra prioriza eso y después viene todo lo demás?
González: Cuando digo poner el cuerpo me refiero a habitarlo, a estar adentro. Siempre priorizo eso porque hay algo de habitar el espacio que es intuitivo, genuino, no tiene tanto que ver con analizar todo intelectualmente. ¡Pero primero está la letra! Sin eso no hay nada y después viene el cuerpo. Eso sí, una vez que te sabés la letra, probá lo que se te ocurra.