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martes, 3 junio, 2025

El macabro hallazgo que hicieron en la casa de Gustavo Cerati tras su demolición

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En la Avenida Congreso al 3700, en pleno Coghlan, ya no queda rastro de la casona que alguna vez fue hogar de Gustavo Cerati. Lo que hoy se ve desde la vereda es apenas un portón negro entre escombros y tierra revuelta.

Sin embargo, lo que apareció durante una excavación de la casa de Cerati reabrió un capítulo inesperado en esa dirección que supo ser refugio de artistas, músicos y silencios con historia. Durante las obras para levantar un edificio, los obreros que removían tierra dieron con algo que los dejó helados: restos óseos humanos.

Entre huesos, también encontraron elementos personales como relojes, lo que disparó el alerta y obligó a suspender la obra. “La policía se presentó en el lugar tras el llamado que notificaba la aparición de huesos humanos”, comenzó informando el parte oficial.

“En un momento dado, se desprendió un trozo de tierra de la casa lindera y quedaron a la vista lo que aparentarían ser restos óseos humanos”, agregaron. La causa de la investigación en el domicilio de Cerati quedó en manos de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 61, a cargo del fiscal Martín López Perrando.

QUÉ ENCONTRARON EN LA CASA QUE VIVIÓ GUSTAVO CERATI

La vivienda pertenecía a Marina Olmi -hermana del actor Boy Olmi-, quien la alquiló a Gustavo entre 2001 y 2003, mientras ella vivía en España. “Era una casa muy luminosa, pero con zonas oscuras. Donde hice la pileta había una casilla y pasaban cosas raras. De hecho, se incendió un árbol ahí”, recordó la propietaria en diálogo con TN.

Antes de ser casa de músicos, el lugar tenía una historia aún más profunda: primero fue capilla y establo, hace más de 150 años. Luego, funcionó como geriátrico, y fue entonces cuando lo adquirió Olmi. Hoy, tras su venta, la demolición terminó por destapar lo que nadie imaginaba.

En sus años como inquilino, Cerati transformó el lugar en un rincón de creación. Por allí pasaron Charly García, Fito Páez, Hilda Lizarazu y Tito Losavio. Al fondo, en una segunda edificación, se improvisaban sesiones, charlas eternas y música en estado puro.

Aunque por ahora se desconoce la antigüedad de los restos, y se espera el análisis forense para definir si el caso pasa a la Justicia Federal, el hallazgo despertó un eco poético entre los fanáticos: la inevitable conexión con Crimen, uno de los clásicos que Cerati compuso años más tarde.

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