Mientras millones de mexicanos enfrentan inseguridad, pobreza y falta de servicios médicos, hay legisladores que cobran sueldos de lujo sin cumplir realmente su función.
Tal es el caso de Andrea Chávez, senadora de Morena y quien ha estado en el centro de la polémica estos últimos días. Chávez, en lugar de enfocarse en su labor legislativa, ha dedicado tiempo, recursos y atención a promover su imagen en Chihuahua, bajo el disfraz de una supuesta “caravana de salud”.
Desde hace semanas, opositores han denunciado que la senadora lanzó una campaña anticipada para posicionarse rumbo a la gubernatura de su estado. Espectaculares, vehículos rotulados y recorridos en distintas regiones de Chihuahua muestran claramente su rostro, nombre y colores partidistas.
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Todo esto, supuestamente, como parte de un programa médico itinerante, pero en los hechos, parece más un acto proselitista disfrazado.
Por estas acciones, legisladores del PAN la denunciaron ante la Fiscalía General de la República por posibles delitos como corrupción, desvío de recursos públicos, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
Y es que mientras Andrea Chávez presume ser “una mujer del pueblo”, cobra más de 131 mil 700 pesos mensuales como senadora. Eso sin contar prestaciones como aguinaldo, ahorro solidario, seguro de salud y otros privilegios.
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¿Y qué ha hecho con ese sueldo? Prácticamente nada.
Según el Sistema de Información Legislativa (SIL), en siete meses como senadora solo ha presentado una iniciativa: declarar el 1 de diciembre como el “Día Nacional de las y los Alfareros”. Ha presentado cinco puntos de acuerdo, casi todos enfocados en temas locales de Chihuahua, como si fuera una diputada estatal más que una legisladora federal.
De las 82 votaciones registradas en este periodo, en tres simplemente no se presentó. Y por si fuera poco, pidió licencia del cargo por dos días en febrero, una pausa breve que muchos atribuyen a maniobras políticas más que a razones de fuerza mayor.
Una senadora a medio tiempo, con sueldo completo.
Mientras los ciudadanos enfrentan hospitales colapsados, inflación y violencia, Andrea Chávez se pasea por Chihuahua con recursos públicos y sueldos del Senado. Obedece a medias a Sheinbaum y la dirigencia de Morena, pues continuará con sus “caravanas médicas” que no son otra cosa que una campaña disfrazada.
En tiempos donde la política debería estar al servicio del pueblo, Andrea Chávez representa todo lo contrario. Usa el poder para la autopromoción, la simulación de trabajo legislativo y el aprovechamiento de un cargo público como trampolín electoral.
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Senadoras como ella, prostituyen el honor del puesto de Senador y su relación cercana con Adán Augusto López, deja mucho a la imaginación. Esta mujer hará todo lo que sea posible, hasta vender su dignidad, por un puesto político de medio pelo.