Meta inició una batalla legal para frenar la difusión de Careless People: A Cautionary Tale of Power, Greed, and Lost Idealism, un libro escrito por Sarah Wynn-Williams, exdirectora de políticas públicas globales de la compañía.
La obra, publicada recientemente, cuestiona las decisiones tomadas por Mark Zuckerberg al frente de la empresa y detalla episodios que generaron controversia sobre la cultura «tóxica» de la casa matriz de Facebook y su impacto global.
El argumento de Meta para solicitar la suspensión de la promoción y distribución del libro, cuyo título traducido sería Gente descuidada: una advertencia sobre el poder, la avaricia y el idealismo perdido, se basa en una cláusula de no-desprestigio que Wynn-Williams habría firmado al dejar la empresa.
Un juez falló a favor de la compañía en una medida cautelar, impidiendo temporalmente que la autora promueva el libro, aunque la orden no afecta a la editorial, por lo que la obra sigue estando disponible para la compra.
Las revelaciones de «Careless People» sobre la cultura interna de Meta
En su libro, Wynn-Williams traza un retrato implacable del liderazgo de Meta. Sostiene que la dirección de la compañía parecía estar en manos de «chicos de 14 años con una cantidad desmesurada de dinero», más preocupados por su propio poder que por la imagen que proyectaban a nivel de políticas públicas.
Entre las denuncias más graves, asegura que Meta estuvo dispuesto a aceptar restricciones de censura impuestas por el gobierno chino con tal de operar en el país, aunque finalmente ese plan no prosperó.
Además, cuestionó la participación de la empresa en la elección estadounidense de 2016, donde empleados incrustados en la campaña de Donald Trump ayudaron a micro-segmentar votantes potenciales con anuncios llenos de «desinformación y publicaciones inflamatorias».
Otra revelación que causó revuelo es su testimonio sobre la cultura interna de la empresa. Según la autora, el entorno de trabajo era hostil para las mujeres y relata que, tras sufrir una complicación médica grave durante el parto de su segunda hija, recibió una evaluación de desempeño que la criticaba por no haber estado «lo suficientemente disponible» durante su licencia por maternidad.
«Cuanto más poder acumulan, menos responsables se vuelven«, planteó la autora. Reveló, por ejemplo, cómo Zuckerberg cambió durante su tiempo en la empresa, volviéndose cada vez más sediento de atención y adulación. Según ella, el CEO llegó a solicitar que se reuniera una multitud de más de un millón de personas para ser «gentilmente acosado» durante una gira por Asia.
Wynn-Williams también denuncia que fue despedida tras presentar una queja por acoso sexual contra un alto directivo de la compañía, algo que Meta niega, asegurando que su desvinculación se debió a bajo rendimiento.
La reacción de Meta y el debate sobre la censura
Meta salió a desmentir las acusaciones, calificando el libro como «engañoso e infundado» y señalando un supuesto sesgo de la autora. La empresa también promovió declaraciones de empleados y excolaboradores que cuestionan la veracidad de las afirmaciones de Wynn-Williams. Sin embargo, la medida judicial contra la autora ha sido interpretada por muchos como un intento de censura corporativa.
La reacción de Meta, además, tuvo un efecto contraproducente: lejos de quedar en el olvido, Careless People se convirtió en un fenómeno editorial, con más lectores interesados en conocer lo que la compañía intenta silenciar.
El crítico de libros del Washington Post, Ron Charles, reveló que recibió múltiples consultas de Meta sobre la cobertura que el medio pensaba darle al libro, una actitud que describió como inédita en sus casi tres décadas de carrera.
El caso también reavivó el debate sobre la libertad de expresión en las «big tech». Desde PEN America, organización dedicada a la defensa de la libre expresión, señalaron la «ironía y la hipocresía» de que Meta utilice acciones legales para silenciar a una exdirectiva mientras, al mismo tiempo, justifica la reducción de sus esfuerzos contra la desinformación en nombre de la libertad de expresión.
De todas formas, el fallo contra Wynn-Williams podría no ser definitivo. En 2023, la Junta Nacional de Relaciones Laborales de Estados Unidos dictaminó que los acuerdos de confidencialidad que prohíben a los empleados hacer declaraciones potencialmente perjudiciales sobre sus exempresas pueden ser ilegales, especialmente cuando impiden la denuncia de acoso o mala conducta.
Sin embargo, la evolución política en Estados Unidos podría jugar a favor de Meta: la empresa mantiene estrechos lazos con figuras clave del Partido Republicano y podría esperar un entorno regulatorio más favorable con Donald Trump en la Casa Blanca.
SL