La empresa de hidrocarburos de Tierra del Fuego, Terra Ignis, avanza en las negociaciones con YPF para transferir a la empresa provincial la operación de áreas estratégicas, como parte de la estrategia de desinversión de la compañía nacional que busca enfocarse en el desarrollo de sus áreas no convencionales de Vaca Muerta.
En la provincia, la compañía tiene a su cargo la operación de siete bloques onshore y otros dos no operados, además de facilities e infraestructura clave para el desarrollo de los recursos en la provincia que negocia para el trasapaso como parte de la segunda etapa del Proyecto Andes, y que incluye una más dura negociación por los activos en Santa Cruz.
Desde la provincia se explica que esta posible transferencia representa «un paso clave hacia la autonomía energética» que le permitirá a Tierra del Fuego gestionar sus recursos naturales de manera más eficiente y con mayor control
Los cierto es que la nueva gestión de Horacio Marin al frente de la petrolera nacional tiene interés en definir «en pocos meses las negociaciones pendientes» sobre sus operaciones en cinco provincias que completan 55 bloques en desinversión, en lo que calificó «el proyecto más transformador para eliminar pérdidas e ineficiencias», en un reciente llamado con inversores.
Así, la compañía ya cedió dos bloques convencionales o maduros en Llancanelo, Mendoza, y está en etapa de transferencia de otros doce a través de dos clusters; en Neuquén está en la etapa final de revisión de siste bloques mientras avanza en negociaciones por las áreas Chihuido Puesto Hernández; mientras que en Chubut ya acordó por El Trébol-Escalante y Cañadón Central-Cañadón Perdido, y busca completar otros cuatro.
Terra Ignis la alternativa a la salida de YPF en Tierra del Fuego
En Santa Cruz se presenta la situación más compleja para convalidar la salida de YPF, en una negociación en la cual la provincia busca asegurar la continuidad de miles de trabajadores -más allá de los retiros voluntarios en marcha- y los ingresos por la actividad hidrocarburífera.
Pero en Tierra del Fuego, las fuentes de la gobernación explican que se está avanzando en conversaciones para que Terra Ignis se haga cargo de las áreas en la provincia. La petrolera provincial fue creada en 2017, concebida para ser la empresa energética encargada de promover la exploración, explotación y comercialización de hidrocarburos en su territorio.
De acuerdo al plan de desinversión de la compañía, las áreas que actualmente están bajo la órbita de YPF y que podrían ser transferidas a Terra Ignis se encuentran principalmente en la zona norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
Entre las operaciones más relevantes se incluyen la planta de procesamiento San Sebastián, la planta de almacenamiento Cruz del Sur, la cabecera del Gasoducto General San Martín, el Gasoducto Fueguino, y otras áreas maduras y de alto potencial como las áreas CA-12 1 y 2, situadas en el centro de la isla.
Estas operaciones representan una parte importante de la infraestructura energética de la provincia, y su transferencia a Terra Ignis permitiría a Tierra del Fuego tomar el control de sectores clave para su desarrollo energético.
YPF desinvierte en el convencional y hace foco en Vaca Muerta
El foco que YPF esta haciendo hace un año en Vaca Muerta tuvo sus primeros resultados tras al año de gestión de Marin y la puesta en marcha de su plan 4×4 que le permitieron consolidarse como el mayor productor de petróleo shale y primer exportador de petróleo del país.
Durante 2024, la producción shale promedió los 122.000 barriles diarios, un 26% de crecimiento respecto al año anterior, pero en los últimos meses del 2024, la producción alcanzó los 138.000 barriles diarios. Las exportaciones de petróleo, principalmente a Chile, promediaron los 35.000 barriles diarios en 2024, un 174% superiores al año anterior.
En tanto, las reservas de shale P1 de Vaca Muerta fueron de 854 Mboe en 2024, un crecimiento del 13% respecto al año anterior. Hoy representan el 78% del total de reservas de la compañía y la tasa de reemplazo de reservas es de 1,9x, lo cual implica que las actividades shale de la empresa durante 2024 permitieron que las reservas crezcan casi al doble de lo que se extrajo.
Financieramente, YPF cerró un 2024 con un El EBITDA ajustado que creció un 15% alcanzando los u$s4.654 millones, impulsado principalmente por la recuperación del precio local de los combustibles, los crecientes ingresos por exportaciones de petróleo y la expansión del shale oil.
Ese desempeño del año pasado incluye alrededor de -u$s300 millones de campos maduros que se dejaron de operar y -u$s85 millones por clima adverso en Patagonia para la producción convencional.
Finalmente, las inversiones alcanzaron los u$s5.041 millones en 2024 en línea con el objetivo planteado en el plan estratégico, de las cuales el 63,5% fueron destinadas al no convencional, mayoritariamente en Vaca Muerta.